Comienza su carrera artística como escultor y grabador. Partiendo de los conceptos tradicionales de la pintura y la escultura, el creador reflexiona sobre el volumen, el lenguaje y el tiempo, mediante el empleo de elementos como el agua, el cristal, los espejos, el marco, los libros, el papel, la mancha, el blanco, el negro, el vacío…
Son elementos recurrentes en su obra, que le sirven para hacer de forma artesanal e imaginativa, esculturas pintadas o pinturas esculpidas. Juega con los materiales buscando despertar la curiosidad en el espectador y establecer, a través de sus obras, en un arcoiris austero y rico en matices y sugerencias, una relación inédita y metafórica con el mundo.
Alcaraz nos propone una obra profunda, honda, de contundente presencia y con una gran evocación poética.