Fernando Bermejo pinta con trazos gestuales, con aire de boceto, para crear una obra de carácter bien concluida y que trasciende.
Sus trabajos en blanco y negro y tonalidades infinitas de gris generan texturas que plasman de una forma muy sutil lo orgánico, la naturaleza, invitando a la contemplación del paisaje o del motivo.
En sus piezas la iluminación con cajas de luz potencia el trazo pictórico y realza la riqueza de la obra. De esta forma, crea misterio e invita al espectador a sumergirse entre las luces y las sombras.