La obra de Juan Gomila se caracteriza por una muy personal fusión entre los recursos seriales e icónicos del popart, la abstracción, los procedimientos multimedia y lo que ha dado en llamarse pintura expandida para desplegar una visión compleja y crítica del ser humano en el momento contemporáneo.
Basándose en un sólido manejo del color y de técnicas de la pintura tradicional, y sin dejar de ser nunca esencialmente un pintor, Gomila ha sido capaz de representar la inmersión y la alienación de la conciencia humana aturdida por los signos en un mundo hiperinformado.
Su evolución se ha dirigido hacia una pintura más sencilla y serena, en la que la figura humana cobra un mayor protagonismo, pero sin perder los matices críticos y el enraizamiento en una tradición contemporánea encabezada por artistas como Bacon o Kitaj.