La permanente necesidad de explorar nuevas posibilidades expresivas y de articular diferentes lenguajes pictóricos, ha sido cualidad de la condición transitiva en su obra.
Kely maneja geometrías más o menos estrictas, impresionismos de manchas, refinamientos líricos o grandes gestos, sosegados campos cromáticos, incisiones, grafismos, pequeñas manchas compensatorias en la composición y también escrituras, números o signos de apariencia simbólica; una dimensión conceptual en suma.
La riqueza y la singularidad de la obra de Kely se traduce en una pintura depurada, libre y hermosa, generadora de calidades atmosféricas y portadora de recursoss plásticos de notable eficacia y seducción visual.