Con un discurso fiel a si mismo y constante en el tiempo, las obras de Lluís Barba son un reflejo de la sociedad en la que vivimos y una crítica a los problemas que ésta misma genera. El arte es una plataforma privilegiada que aquellos quienes tenemos acceso, tenemos que aprovechar .
Cada una de sus obras son una imagen virtual, un extracto del como opera nuestra imaginación. En gran parte de su trabajo, los elementos que utiliza son fruto de las fotografías que el recoge con su cámara fotográfica. Se trata de personajes e iconos que el artista llena de simbolismo para hacer llegar su mensaje, el cual la mayoría de veces se esconde tras una ironía imperante. Todos estos elementos conviven dentro de las obras de arte del pasado, las cuales el artista utiliza como base. Es con la combinación de los dos cuando se forma el nuevo lenguaje, la nueva realidad. La carga simbólica no solo recae aquí. En su trabajo acoge los códigos sociales que encarcelan al ser humano en la universalidad.
Barba busca enriquecer el lenguaje y romper con la seriedad que transmiten sus piezas. El hecho de criticar los dramas de la sociedad a través de una plasticidad y una forma agradable no es porque sí. Cuanto a más personas lleguen las atrocidades, más posibilidades de concienciar y frenar las mismas. Así, la parte formal y la parte conceptual crean complejos micro hábitats contrapuestos y chocantes, donde pasado y presente pierden su vigencia y pasan a ser tiempo virtual.